La partida de Maradona del equipo se hizo sentir profundamente. El equipo culé pagó al contado 5.800.000 dólares, dinero suficiente como para incorporar un plantel completo o hacer un estadio nuevo de última generación. El equipo pasó del subcampeonato obtenido con su figura indiscutible en 1980 a un comienzo promisorio en 1981 que se iría desdibujando gradualmente con el correr de los partidos al no hallarse un buen funcionamiento colectivo.