Con quince minutos para dar vuelta el encuentro, el equipo turinés volvió a su técnica de asedio constante, consiguiendo restablecer la paridad a falta de ocho minutos para el fin del encuentro, por intermedio del danés Laudrup. El resultado 2-2 condujo a la disputa de dos tiempos suplementarios de 15 minutos donde la paridad no pudo quebrarse y a otra definición por penales, la tercera por esa vía que debía afrontar el Tifón en 1985. Tacconi, el arquero italiano, contuvo el penal de Pavoni, y Sergio Batista envió el suyo por encima del travesaño.