Luego de un período sumamente fructífero desde todo punto de vista, el equipo atravesó un proceso de recambio que, a priori, no implicaba una pérdida de calidad en el plantel. El fixture indicaba que el 15 de agosto -día del 77° aniversario de la institución-, en la última fecha, Argentinos recibía como local a San Lorenzo, que, sumido en una crisis institucional, deportiva y económica que entre otras catastróficas consecuencias lo había despojado de su estadio, era el equipo que marchaba en la antepenúltima colocación, apenas un punto por encima del Tifón.